Cuervo proveedor

Cuentan que hace muchos años, un campesino alemán que vivía en un pueblo cercano a Versovia, debido a sus problemas económicos, no había podido pagar la renta de su casa, por lo que lo estaban amenazando con echarlo, a él y a su familia, fuera a la nieve.

A la hora de la oración vespertina, el campesino y sus seres queridos se arrodillaron para pedirle al Señor que supliera sus necesidades. Después de la oración se levantaron y cantaron alabanzas a Dios. El campesino abrió la puerta luego de un extraño llamado y se encontró con un cuervo que su abuelo había amansado hacía muchos años. El cuervo llevaba en el pico, un valioso anillo que el rey había perdido ese mismo día. El campesino lo devolvió y el rey lo recompensó con suficiente dinero para ahora construir una casa nueva.

Dios conoce nuestras necesidades y su fidelidad es tan grande que no hay duda de que usará cualquier método, por dramático que nos parezca, para suplirlas. Podemos pensar que es poco probable que un cuervo toque a nuestra puerta trayendo un millón de dólares en su pico, pero Dios no solo obra en nuestros faltantes espirituales, sino que usará muchos cuervos proveedores, como una vez lo hizo con el profeta, Él proveerá y su provisión siempre será mayor que nuestra necesidad.

«Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?»
Mateo 6:25
Así como al profeta, otro ejemplo de la provisión de Dios lo vemos en el pasaje de Mateo 17 cuando le fueron a cobrar los impuestos a Jesús y a un discípulo.

«Pero, para no escandalizar a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo.»
Mateo 17:27

Punto de acciòn:

Oremos: Cada vez que llevemos un bocado a nuestra boca, demos gracias al Dios proveedor, que, en Su Fidelidad, nunca nos abandona.