No te rindas

No importa las situaciones que hayas tenido que afrontar en tu vida, y los pensamientos que batallar, ¡No te des por vencido! «Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo»(1 Tesalonicenses 5:9).

Siempre apóyate en la gracia de Dios y no en tu propia capacidad para obtener los resultados deseados: «quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.»(1 Tesalonicenses 5:10).

Es fácil desanimarse cuando estás batallando. Sería más cómodo volver a la cueva, al lugar secreto e íntimo donde te sientes seguro, oculto, escondido, pero donde no creces, y no brilla la luz de Dios: «No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos»(Gálatas 6:9).

Así que sigue adelante. Allí donde otros se han rendido, Dios está buscando gente que siga con Él hasta el final. Habacuc 3:19 nos enseña que el modo de desarrollar pies de ciervo (que pueden escalar montañas con rapidez) es caminar -no paralizarse de terror- ¡sino andar y hacer progresos en las alturas (de problemas, sufrimiento o responsabilidad)!

La forma en que Dios te ayuda a hacer progresos espirituales es estando a tu lado para fortalecerte y alentarte a "seguir esforzándote por perseverar" en los tiempos difíciles. Es fácil rendirse; se requiere fe para salir adelante.

Punto de acción

«Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.»(Isaías 43:2)

Lectura bíblica necesaria: 1 Tesalonicenses 5 (DHH)