Incrédulo

¿La fe en quién?

Recordemos que el padre del hijo lunático está hablando con Jesús, y es a Él a quien le está haciendo la petición. No se trata de la fe por la fe, sino que es en Jesús donde debemos orientar nuestra fe.

Este hombre acude a Jesús después de muchos fracasos, llega con una frase de una persona que ha sufrido y no ha visto resultados, «si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros»(Marcos 9:22). En el relato, vemos a Jesús interesado por la situación de un padre que necesita ayuda, por su dolor y su larga historia, y vemos a un padre interesado en la salud de su hijo, que reconoce su fracaso en creer y pide ayuda; sabemos que el joven fue sanado.

Nosotros estamos hoy en la misma situación: muchos fracasos, intentos fallidos, sin resultados, quizás por muchos años, pero podemos acudir a Jesús, aceptando su perdón, reconociendo nuestra incredulidad, pero colocando la poca fe que tenemos en Jesús y no en otra persona o cosa. Acerquémonos a Él, que nos ayude en nuestra incredulidad, que nos permita ver y participar de su gloria.

Punto de acción

No importa cuán "loco" o "retorcido" sea el problema o la situación, haz como el padre entre la multitud de opiniones, coloca la mirada con humildad en el único con poder para transformarla.

«Fijemos nuestra mirada en Jesús, en quien la fe empieza y termina...».(Hebreos 12:2 PDT)

Lectura bíblica necesaria: Marcos 9 (RVR60)