Aires de victoria

Alguien dijo una vez: “ir a la iglesia es una buena forma de tratar de ocultar los defectos que se tienen, es como echar perfume sobre un cadáver, tarde que temprano algo ha de empezar a oler mal."

Esta expresión es cierta, si la acción de ir a la iglesia carece del verdadero valor.

¿Por qué te congregas en una iglesia?
o
¿Por qué NO te congregas en una iglesia?

Las razones pueden ser múltiples, pero sin duda, uno no va a la iglesia solo para pasar de ser mala gente a buena gente; para pasar de tener malos hábitos a tener buenos, no es eso, es mucho más que eso, si es por eso algunos no necesitarían de ir.

Se trata de ir a celebrar que ya no eres un esclavo del pecado, ni de la muerte, se trata de compartir con gozo que antes eras un enemigo de Dios y ahora eres su amigo, y que ahora puedes tener una relación personal y vivificante con Él, la cual se nutre por fe en la victoria de Jesucristo en la cruz.

«Ustedes antes eran extranjeros y enemigos de Dios en sus corazones, por las cosas malas que hacían, pero ahora Cristo los ha reconciliado mediante la muerte que sufrió en su existencia terrena. Y lo hizo para tenerlos a ustedes en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa.»
Colosenses 10:21-22

Punto de acción:

¿Qué es para ti la iglesia? ¿Un lugar de escape? ¿Un club social? ¿Un lugar de doctrinas y reglas? ¿La opción a evitar? o ¿Un lugar para amar y celebrar?

«Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.»
Hebreos 10:23-25
Puedes comenzar hoy alabandolo por su victoria.

Lectura bíblica necesaria: 2 Corintios 5:11-21(RVR60)