[widgetkit id="2"]
Ago26
Fidelidad Transformadora
Mes // Agosto
► Isaías 53:6(RVR60)
Son muchas las referencias que la Biblia hace con respecto a la Fidelidad de Dios como uno de sus atributos. La prueba más transformadora de esa fidelidad está en aquella en que nos declara libre de pecado. Jesucristo fue el regalo más maravilloso que alguien podría darnos; es el sacrificio de un Padre al ofrecer a Su Único Hijo para que fuéramos salvados de la condenación y el pecado; y el sacrificio de un Hijo al ofrecerse a sí mismo por cada uno de nosotros, aún sin merecerlo.
Dios siempre cumple sus promesas, porque Su Fidelidad es parte de Su Naturaleza, Él no puede negarse a sí mismo. Apenas el hombre pecó, Dios inmediatamente prometió la Salvación por ese pecado (Génesis 3:15). Prometió que enviaría un Mesías (Isaías 1:6) y esa promesa la cumple en el Nuevo Testamento, «…para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna» (Juan 3:16). Prometió que Jesús sería el Salvador a aquellos que se arrepienten. (Isaías 59:20). Prometió quitar nuestros pecados. (Romanos 11:27) y Cristo murió para pagar por nuestros pecados. (1ª. Tesalonicenses 5:9-10) y aún en las tentaciones que siempre se van a presentar en nuestras vidas, Él estará pendiente (1ª. Corintios 10:13) y siempre nos cuidará (2ª. Tesalonicenses 3:3).
Si hemos recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, todas estas promesas podemos estar seguros que Dios las ha cumplido. Sólo Dios perdona nuestros pecados, porque «…Él es fiel y justo…» (1 Juan 1:9) y si alguien no lo ha recibido, todavía hay un regalo maravilloso disponible, que transformará su vida para siempre. Cualquiera que busque a Dios, lo va a encontrar. «Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo Nuestro Señor.» (1ª. Corintios 1:9).
Punto de acción:
Oremos: Para que todas las promesas cumplidas del Señor, no solo estén atesorados en nuestros corazones, sino para que más corazones se beneficien de ellas.
Lectura bíblica necesaria: Isaías 53:1-12(RVR60)Dios siempre cumple sus promesas, porque Su Fidelidad es parte de Su Naturaleza, Él no puede negarse a sí mismo. Apenas el hombre pecó, Dios inmediatamente prometió la Salvación por ese pecado (Génesis 3:15). Prometió que enviaría un Mesías (Isaías 1:6) y esa promesa la cumple en el Nuevo Testamento, «…para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna» (Juan 3:16). Prometió que Jesús sería el Salvador a aquellos que se arrepienten. (Isaías 59:20). Prometió quitar nuestros pecados. (Romanos 11:27) y Cristo murió para pagar por nuestros pecados. (1ª. Tesalonicenses 5:9-10) y aún en las tentaciones que siempre se van a presentar en nuestras vidas, Él estará pendiente (1ª. Corintios 10:13) y siempre nos cuidará (2ª. Tesalonicenses 3:3).
Si hemos recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, todas estas promesas podemos estar seguros que Dios las ha cumplido. Sólo Dios perdona nuestros pecados, porque «…Él es fiel y justo…» (1 Juan 1:9) y si alguien no lo ha recibido, todavía hay un regalo maravilloso disponible, que transformará su vida para siempre. Cualquiera que busque a Dios, lo va a encontrar. «Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo Nuestro Señor.» (1ª. Corintios 1:9).
Punto de acción:
Oremos: Para que todas las promesas cumplidas del Señor, no solo estén atesorados en nuestros corazones, sino para que más corazones se beneficien de ellas.
Autor
Janeth Medina David
Lider paulina Cenfol La Reconciliación
Profesional en estudios Políticos y resolución de conflictos - UniValle