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Nov17
Tus pensamientos...
Mes // Noviembre
► Salmo 139:17 (RVR60)
La satisfacción y la paz de Dios, son el resultado de permitir que los pensamientos del Señor permanezcan en tu mente: «No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda» Salmo 139:4
Los pensamientos de Dios siempre van ligados a su Palabra y a sus promesas. Cuando el Señor dice. «Tengo para ti planes de bienestar y no de calamidad» Jeremías 29:11; es porque está pensando en tu presente y también en tu futuro.
Él sabe absolutamente todo lo que te pasa: «Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento» Salmo 139:2 Por eso cuando te llega un mal pensamiento, que te lleva a ceder ante la tentación o te quita la paz; debes dirigirlo directamente a Cristo, confesándolo. De esta manera lo destruyes, y dejas tu mente y corazón dispuestos para la Palabra del Señor (2 Corintios 10:5).
Cuán importante en todo esto es aplicar Efesios 5:18: «sean llenos del Espíritu Santo». Sólo cuando estás dispuesto a entregarle a Dios todo aquello que te atemoriza o te genera ansiedad, podrás pedirle al Espíritu Santo que te llene. Confiarás en su Palabra, y esta será tu victoria y también la del Señor:
«¡Cuan preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuan grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena»
Salmo 139:17-18.
Oremos:
Amado Señor: Gracias por estar tan pendiente de mi. Nada se te escapa de tus manos. Todos tus pensamientos me ayudan a estar gozoso y esperanzado en tus promesas. Amén.
Lectura bíblica necesaria: Salmo 139(RVR60)Los pensamientos de Dios siempre van ligados a su Palabra y a sus promesas. Cuando el Señor dice. «Tengo para ti planes de bienestar y no de calamidad» Jeremías 29:11; es porque está pensando en tu presente y también en tu futuro.
Él sabe absolutamente todo lo que te pasa: «Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento» Salmo 139:2 Por eso cuando te llega un mal pensamiento, que te lleva a ceder ante la tentación o te quita la paz; debes dirigirlo directamente a Cristo, confesándolo. De esta manera lo destruyes, y dejas tu mente y corazón dispuestos para la Palabra del Señor (2 Corintios 10:5).
Cuán importante en todo esto es aplicar Efesios 5:18: «sean llenos del Espíritu Santo». Sólo cuando estás dispuesto a entregarle a Dios todo aquello que te atemoriza o te genera ansiedad, podrás pedirle al Espíritu Santo que te llene. Confiarás en su Palabra, y esta será tu victoria y también la del Señor:
Salmo 139:17-18.
Oremos:
Amado Señor: Gracias por estar tan pendiente de mi. Nada se te escapa de tus manos. Todos tus pensamientos me ayudan a estar gozoso y esperanzado en tus promesas. Amén.