Mar21
La Fuente de la Verdadera Fortaleza
Mes // Marzo
Serie "El hombre" 4
∆ Génesis 1:27-28
Dios creó todas las cosas mediante el poder de su palabra: «Y dijo Dios...» (Gén. 1:3, 6, 9, 11, 14, 20, 24). Sin embargo, al hombre y a la mujer los formó con sus propias manos (Gén. 2:7, 22), estableciendo que dependan de su guía eternamente (Gén. 2:15-17). Por ello, el enemigo se centró en inocular desconfianza y duda en la relación entre el hombre y Dios (Gén. 3:1).
La Fuente de la Verdadera Fortaleza
Fuimos creados para depender de Dios, tal como lo ilustra Cristo con el ejemplo del árbol y sus ramas. Ustedes son las ramas; yo soy el tronco. De mí obtienen su vida; así debe ser. Además, afirmó: «Separados de mí nada podéis hacer» (Juan 15:5). La verdadera fortaleza de un hombre le es conferida por Dios, a través de su comunión con Él.
«Te amo, oh Jehová, mi fortaleza.» (Salmo 18:1)
«Oh Jehová, no te alejes; mi fortaleza, ven pronto en mi ayuda.» (Salmo 22:19)
«Ante el poder del enemigo esperaré en ti, pues Dios es mi refugio.» (Salmo 59:9)
David, aunque guerrero, no se avergonzaba de reconocer su dependencia de Dios. Por tanto, la fuente de la verdadera masculinidad es espiritual y se revela cuando un hombre se somete a su Creador, Hacedor y Redentor (Isaías 44:1-8), quien es la fuente de su auténtica fortaleza.
Punto de acción
¿Deseas orar ahora y entregarle a Cristo aquellas áreas de tu vida en las que aún no obedeces al Padre? ¿Qué decisión tomarás?
Lectura bíblica necesaria: Salmo 91