Apartados

Dios te apartó desde el vientre de tu madre para que vivieras para su gloria. Esta no fue solo la experiencia de Pablo de Tarso, sino también la de un joven adolescente a quien Dios le hizo un gran desafío, y sobre el cual escribiría años después en un Salmo. En este Salmo, le expresó a Dios lo que el Espíritu Santo ya le había revelado acerca de sí mismo: Nada en su vida era una casualidad o fruto del azar. Dios tenía un propósito, y era en una relación de intimidad con Él donde podía descubrirlo:

«Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.» Salmos 139:13-16

Pablo de Tarso entendió que fue apartado por Dios para predicar a Cristo entre los gentiles, aquellos pueblos que no conocían a Dios. Y cuando Pablo conoció a Jesús, decidió aceptar ese propósito con el cual Dios le había apartado. De igual manera, David, el joven pastor, guerrero y compositor de canciones, convertido en rey, comprendió que sus habilidades para la música, así como para enfrentar el peligro en la batalla y su celo por las ovejas del rebaño del Señor, provenían de Dios, y no de él mismo.

Punto de acción

Ahora que Cristo ha sido revelado en ti, ¿estás descubriendo su propósito para tu vida? ¿Ya lo aceptaste?

Lectura bíblica necesaria: Gálatas 1