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Mayo01

Día del trabajo

Mes // Mayo 2024

Feliz día del trabajo

Día del trabajo
«Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. »
► Colosenses 3:23-24


¿A qué te dedicas? ¿En qué trabajas? Son preguntas obligatorias al momento de conocer a una persona. El trabajo es parte fundamental de la vida, y Dios mismo lo estableció así. Antes de la caída, en el Edén, Dios inventó el trabajo como parte de la vida del hombre. La palabra de Dios nos exhorta a ser esforzados y sabios en el trabajo (Prov. 6:6-8), a ser hombres solícitos que hacen bien su trabajo (Prov. 22:29) y a trabajar con buena actitud como para el Señor y no para nadie en este mundo (Col 3:23). La parábola de los talentos (Mt 25:14-30) nos enseña que Dios nos ha dado recursos, talentos y habilidades para multiplicarlos; tenemos un llamado claro a la productividad.

Entonces, el trabajo es el plan de Dios, es bendición, es obediencia a Dios, está diseñado para glorificar a Dios y para acercarnos a Él, cumple el propósito de darnos realización personal y es el canal para bendecir y servir a otros. Distorsionar cualquiera de estos objetivos nos pone en gran riesgo.

Es en el trabajo donde invertimos la mayor parte de nuestro tiempo, las horas más productivas, nuestras mejores ideas, talentos, conocimiento y recursos se depositan en el trabajo. Fácilmente, se convierte en un eje tan importante en nuestras vidas que le otorgamos el puesto equivocado, dejamos que el trabajo defina quiénes somos, que nos dé tranquilidad o ansiedad, que nos traiga paz en el hogar o contienda.

La actualidad se rige por el estándar de estar “super ocupados”, es una carrera que nunca para, siempre hay algo más que estudiar, algo más que conquistar. Antiguamente, las personas gastaban mucho tiempo en tareas que hoy son sencillas; tan solo conseguir el alimento era una proeza de cacería o la paciencia de esperar que la semilla diera fruto. Hoy en día, las labores sencillas se realizan tan rápido como hacer clic a un botón, sin embargo, las personas nunca tienen tiempo, nos encontramos absorbidos por los afanes de este siglo.

Yo he sido víctima de ese sistema, de estos afanes; incluso confieso que me he sentido valiosa al verme tan ocupada. “No quiero molestarte porque sé que estás muy ocupada”, me dicen constantemente. ¿Es eso un cumplido, o es más un aviso de un inevitable fracaso ante un intercambio de valores, los valores que Dios da frente a los que el mundo da?

Me he visto constantemente en la posición de querer alargar los días, hacer que mi cuerpo no se canse porque sencillamente todavía tengo mucho que hacer. También he visto a mi cuerpo enfermar porque sencillamente no puede resistir la carga de trabajo que mi mente le quiere imponer. Este es mi caso; me confieso en estas líneas para que tú igualmente evalúes la posición que el trabajo tiene en tu vida y lo compares con los propósitos que antes señalamos.

Retomar las instrucciones bíblicas nos ayuda a conservar un buen enfoque en el trabajo, entender que trabajo para Dios y no para los hombres me permite ser más responsable, íntegro y buscar agradar a Dios en todo lo que hago, genera en mí un corazón sincero que teme a Dios.

Ser productivo es activar una vida de fe, entender que es Dios quien bendice mi labor, quien provee mis talentos y dones, quien me ha permitido tener un oficio o profesión, quien me abre puertas y provee oportunidades. Mi éxito depende de Él y no de mí, eso me permite descansar y creer que, si soy esforzado y busco trabajar con excelencia, Él es siempre fiel.

Finalizo por compartir lo que de manera más efectiva me ayuda a enfocarme en mi trabajo; recuerdo que mis obras serán probadas, mi trabajo pasará por fuego. Podemos tener a Cristo en nuestra vida, y sobre ese fundamento construir (1Cor 3:11). Podemos ser salvos y así ganar lo más preciado; sin embargo, ¿qué quedará después de tanto trabajo? Nos dice el apóstol Pablo que «el fuego lo dará a conocer y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa» (1Cor 3:13-14). Creo que estamos llamados no solo a trabajar y ser productivos, sino a enfocar nuestro trabajo, las mejores horas de nuestro día, nuestros mayores recursos y esfuerzos, a construir obras que perduren, recordando que tal vez en vida habrá recompensa, pero la mayor recompensa la recibiremos en la eternidad.

Punto de acción

Ahora sí, me permito preguntarte: ¿A qué te dedicas? ¿En qué trabajas? No tomemos a la ligera la respuesta.

Que tengas un Feliz día del Trabajo.


Lectura bíblica necesaria: Efesios 6


Autor

Lorena Gutierrez Velandia

Lorena Gutierrez Velandia

Lidera junto con su esposo, el ministerio de parejas en Cenfol La Reconciliación - Cali
Abogada
Directora de la fundación AMG COLOMBIA
Docente Universitaria

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