No te hundas

Los capitanes de barcos necesitan estar atentos a dos elementos muy importantes para mantener el flote, uno es el centro de gravedad del cual depende que no se voltee el barco a su derecha o izquierda, y también su línea de flotación la cual se puede perder por exceso de peso en algún extremo lo que hará perder el límite del centro de gravedad y como resultado el barco se hunde.

Así mismo ocurre con la conciencia en el ser humano "nuestra línea de flote". Ha sido puesta por Dios para advertirnos acerca de aquellas actitudes, pensamientos y acciones que, si los permitimos en nuestra vida, nos llevan a hundirnos.

«Mantén la fe en Dios y hazle caso a tu conciencia. Algunos se han negado a hacerlo y han naufragado en la fe,..»
1 Timoteo 1:19 (PDT)

La conciencia por sí sola no es efectiva, a menos que tu coloques tu fe en Dios. La conciencia es tu línea de flotación y tu fe en Dios, provee el centro de gravedad. Si te estás debilitando en tu fe, acude a la Palabra de Dios, allí encontrarás los recursos que necesitas para fortalecerte en tu fe.

«Entonces claman a Jehová en su angustia, Y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; Y así los guía al puerto que deseaban.»
Salmos 107:28‭-‬30 (RVR60)

Oremos:

Padre amado, ayúdame a clamarte a ti cuando por necedad o rebeldía no haya obedecido a mi conciencia. Fortalece mi fe a través de tu palabra, para que tú me guíes a puerto seguro. Amén.