Skip to main content
Oct11

Besad al Hijo…

Mes // Octubre

Besad al Hijo…
«Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.»
► Salmo 2:12 (RVR60)

En la cultura oriental besar es un símbolo de amor entre cercanos. En el saludo es conocido como un “ósculo de amor”, es decir afecto, testimonio de verdadero amor, y es el gesto que ha traspasado culturalmente a todos los seres humanos.

El beso es un signo de honor, adoración, reconocimiento de amor. Es una señal de aceptación y aprecio. El beso es también un símbolo de adoración, por eso el salmista nos dice que lo hagamos al Hijo.

Pero este acto externo ha sido diversamente depravado y viciado entre los hombres. Ha sido mal utilizado, pero al estar expresado en las Escrituras debemos seguir viéndolo como un sello del más puro y tierno amor.

Ahora, el pasaje nos habla de algo que quizá por nuestra relación íntima con Jesús nuestro Amado, nos sea mucho más especial y es “besad al Hijo” lo cual sugiere una profunda reverencia y acceso a Él sea a Sus manos, Sus pies, Su rostro.

Besar al Hijo es un acto permanente e inmediato, es el resultado de Su invitación y autorización a entrar a Su recámara de esposo y lo hacemos porque está en tu corazón y el mío, así mismo permanece en nosotros y eso nos da libertad, confianza y autoridad.

Puedes pensar en este momento cómo podrías abrazarlo, apoyarte en Él, como una muestra de que tu máximo anhelo de depender de Él hoy, mañana y siempre.

La Palabra de Dios nos enseña que el regalo de la reconciliación con Dios por la obra de Cristo en la cruz nos da libre acceso a Su presencia, a Sus amores, a la distinción que nos hace amados, elegidos, llamados, escogidos para Él, por lo cual no hay vergüenza alguna para hacerlo ni por hacerlo. Delante de Él no hay menosprecio alguno ya que Su sangre nos hace aceptos y aptos para besarlo sin medida.

Nuestro deber es "Besar al Hijo". Esto implica una expresión de amor. ¿A quién? Al Hijo de Dios, nuestro Amado. El testimonio de nuestro amor por Él es el beso y a pesar de la sociedad y la pecaminosidad humana, sin embargo, Dios se rebaja incluso a las palabras y formas de nuestro amor, para que lo realicemos y así Él pueda elevarnos al amor celestial de Él mismo y de Su Hijo.

Punto de acción:

«Oh, si me besares con besos de tu boca»
Cantares 1:1


Lectura bíblica necesaria: Cantares 1:1-17(RVR60)