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Abr15
La hora de las tinieblas
► Marcos 15:37 (RVR60)
¿Qué hay de especial en que la Palabra de Dios nos refiera el momento como una hora de tinieblas? Es que entre el cielo y la tierra se libraba una gran batalla. Este momento definiría el propósito del Padre al enviar a Jesús a salvar a toda la humanidad y se cumpliría el gran valor de la entrega total de Cristo por cada uno de nosotros.
Esos 3 elementos: Tinieblas, clamor y muerte nos describen que esta escena representaba el sacrificio cruento por el género humano. Toda referencia a la muerte como “sacrificio” ha de ser interpretado como tal porque es lo que es, es lo que eslabona todas las partes de la revelación de la obra en la cruz en favor del género humano.
El sacrificio de Cristo era una necesidad para toda la humanidad, nada ni nadie forzaba a Cristo a entregar Su vida, de modo que la “necesidad” surgía de la identidad de Su voluntad con la del Padre, la que dice Isaías 53:10 que el “Siervo fuese quebrantado”, pero es igualmente cierta la verdad de que Cristo se entregó a Sí mismo.
La lucha en Getsemaní revela lo que la entrega le costó al Hijo del Hombre y Su obediencia muestra el amor por el Padre en Juan 10:17-18:
«Por eso me ama el Padre, porque yo apongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.
Este mandamiento recibí de mi Padre.»
Ese carácter voluntario de la ofrenda deja ver cómo podía ser la única “satisfacción” que podía anular la inmensa deuda de la humanidad con Dios Padre.
Jesús expiró, murió, pero el evento no concluyó, las señales no se dejaron esperar para hablar claramente de tan magna obra: “Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Y el centurión que estaba frente a Él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”. Marcos 15:38-39
Punto de acción ¿Qué valor tiene para tu vida la obra de Cristo en la cruz? Es la razón de esta reflexión y un gran valor de ella puede cambiarla profundamente. Toma tiempo para hacerlo y disponer tu conocimiento y acción por ello.
Lectura bíblica necesaria:
Marcos 15 (RVR60)
Esos 3 elementos: Tinieblas, clamor y muerte nos describen que esta escena representaba el sacrificio cruento por el género humano. Toda referencia a la muerte como “sacrificio” ha de ser interpretado como tal porque es lo que es, es lo que eslabona todas las partes de la revelación de la obra en la cruz en favor del género humano.
El sacrificio de Cristo era una necesidad para toda la humanidad, nada ni nadie forzaba a Cristo a entregar Su vida, de modo que la “necesidad” surgía de la identidad de Su voluntad con la del Padre, la que dice Isaías 53:10 que el “Siervo fuese quebrantado”, pero es igualmente cierta la verdad de que Cristo se entregó a Sí mismo.
La lucha en Getsemaní revela lo que la entrega le costó al Hijo del Hombre y Su obediencia muestra el amor por el Padre en Juan 10:17-18:
Jesús expiró, murió, pero el evento no concluyó, las señales no se dejaron esperar para hablar claramente de tan magna obra: “Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Y el centurión que estaba frente a Él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”. Marcos 15:38-39
Punto de acción ¿Qué valor tiene para tu vida la obra de Cristo en la cruz? Es la razón de esta reflexión y un gran valor de ella puede cambiarla profundamente. Toma tiempo para hacerlo y disponer tu conocimiento y acción por ello.
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