Como buen Padre

Así como las aves cuidan a sus polluelos bajo sus alas, con amor y la mayor protección posible, evitando que nada malo les suceda, estas características provienen del ADN del Creador, ese ser supremo que nunca nos deja solos ni desamparados a quienes ama.

Es hermoso saber que tenemos un Padre que nos cuida, que nos acompaña y nos libra de todo mal, que va al frente como un escudo gigante. Pero más hermoso es saber que Él nunca nos deja solos, incluso en los momentos más oscuros de la vida:

«Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.» Salmos 23:4

De esta manera, no solo nos confirma su presencia y protección, sino que también nos da fuerzas para seguir adelante.

Además, nos recuerda que Él cuida nuestra entrada y salida, no solo hoy y mañana, sino para siempre, porque su Palabra es eterna.

Entonces, alegrémonos porque cerca de nosotros se encuentra ese ser maravilloso llamado el “buen Padre”.

Como hermanos, no debemos olvidar que en cada circunstancia de nuestras vidas siempre estará el Señor. Por eso, debemos vivir confiados y no dudar de Él, quien todo lo puede. Así mismo, debemos tener la certeza de que, estando bajo sus alas, siempre estaremos seguros.

Punto de acción

«Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.»
Éxodo 33:14
Oremos :
Gracias te doy, Señor, porque tus palabras son una realidad en mi vida. No mientes, eres fiel y cumples en mí todo lo que prometes. Confío en que tu presencia irá conmigo donde quiera que vaya. Amén.