Jun27
Entrega tu corazón
Mes // Junio 2024
► Lucas 6:45
Sabemos que el corazón es vital para nuestra existencia. También sabemos que el corazón de un enamorado palpita tan fuerte que se puede escuchar. Asimismo, sabemos que de él sale lo poco bueno y lo mucho malo. La Biblia dice:
«…las palabras que ustedes dicen provienen del corazón; eso es lo que los contamina. Pues del corazón salen los malos pensamientos, el asesinato, el adulterio, toda inmoralidad sexual, el robo, la mentira y la calumnia» Mateo 15:19. Leer más
Aunque el corazón no tiene boca ni está a la vista para manifestar sus intenciones, todos sabemos que el corazón habla con malas expresiones y malas contestaciones; cosas que hasta a nosotros, que somos sus dueños, nos asombran muchas veces.
En Lucas 6:45, el pasaje del inicio, dice que nuestro corazón manifiesta nuestras intenciones; revela nuestras inquietudes; nos demuestra lo que somos en realidad.
Otras veces nos engaña haciéndonos pensar que somos mejores de lo que en realidad somos. Con toda razón nos dice Jeremías que «el corazón es engañoso más que todas las cosas, y perverso» Jeremías 17:9. Leer más
Pero ¿sabes algo? Dios te pide que se lo entregues tal como está, en el lugar y estado en que se encuentra. Sólo Dios puede tomar un corazón malo, necio, adúltero, blasfemo, ladrón, y transformarlo.
Un caso extraño nos puede parecer el de David. Hemos visto que él pide un corazón limpio. Y a pesar de haber cometido tan grosero pecado, o quizá debiéramos decir pecados, Dios dice de él que tenía un corazón conforme a Su corazón (1 Samuel 13:14 y Hechos 13:22). No olvidemos que, si bien Dios dijo esto antes de que David hubiese pecado, Dios conoce los corazones, y bien sabía lo que habría de ocurrir en su futuro.
Nosotros debemos tener el mismo deseo que tuvo David en el Salmo 51:10: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio…». Debemos pedir al Señor que haga esta obra en el nuestro.
Punto de acción
Es pertinente al tema enfatizar que Dios demanda nuestro corazón tal y como está. Su valor radica en que es un llamado de Dios, es una petición, hasta se puede decir que es una súplica que Dios nos hace. Recuerda, Él puede sanar tu corazón, pero tienes que darle los pedazos para que lo haga.
Él te dice: «Dame, hijo mío, tu corazón» Proverbios 23:26. Leer más
¿Se lo darás?