Mi alma clama

El ciervo en el desierto requiere de agua, quizá no solo por la sequía del lugar, sino también por la persecución de algún depredador. Según el salmista, la necesidad no es poca, necesita corrientes de agua, expresión que ilustra que la cantidad de agua que busca no es suficiente con un pequeño pozo, como si fuera un mero espejismo. Él necesita sumergirse, refrescarse y calmar su sed.

En la Palabra de Dios se hace una analogía respecto de cada uno de los elementos:

• - El ciervo: Animal hecho para vivir en las montañas, brama con un sonido particular para expresar la necesidad física de sed y agotamiento. Tiene una agilidad particular que le sirve de defensa frente al acecho de los depredadores, pero se cansa rápido, lo que lo hace vulnerable y en tiempo de verano su sudor es excesivo, lo cual lo expone también a sus enemigos. Esta característica le hace encontrar con urgencia agua, la fuente, la corriente, para sumergirse y lavarse, así perderán la pista sus enemigos.
• - El agua: Medio que suple la necesidad, escaso y difícil de encontrar, especialmente en tiempo de verano. Esta característica es lo que desarrolla en el ciervo la expresión particular de su necesidad física: sed y sudor.

Tal vez David se encontraba frente a las rocas y las cascadas de agua que bajan de la montaña. Estando allí, seguramente observó a los ciervos que huían jadeantes, bramando; es decir, dando una especie de grito, llenos de una mezcla entre furia y dolor, buscando dónde saciar su sed. Esa visión lo inspiró a escribir este hermoso salmo.

¿Por qué David usa la sed como imagen de sus ansias, de sus anhelos de Dios? Porque no hay carencia más fuerte y dolorosa que la sed, mucho peor que el hambre. Una persona sin alimentarse puede vivir muchos días, pero sin agua, muere deshidratada y de otras complicaciones en pocos días.

Esta analogía con los dos elementos nos ayuda a comprender lo que el salmista quiso expresar: Yo necesito bramar como el ciervo, jadear para expresar mi sed, mi necesidad de Dios y las corrientes de agua como la presencia de Dios, Su Espíritu Santo que me permite hacer real la experiencia de buscar a Dios y encontrarlo.

Punto de acción

Señor mi Dios, tú te ofreces como el agua que calma mi sed. Mi alma te desea como el ciervo que brama por encontrar fuentes de agua para satisfacer su necesidad. Anhelo que en tu presencia pueda saciarme y que tu Espíritu Santo tome mi vida para calmar toda necesidad espiritual y emocional.