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Jul25

No endurezcas tu corazón.

Mes // Julio 2024

No endurezcas tu corazón.
«Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: sí oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.»
► Hebreos 3: 7 – 8


Aceptar la dureza del corazón no es fácil y esto tiene una explicación: hemos normalizado todo en nuestra vida. Muchas veces vivimos con la carga autoimpuesta de ser perfectos y mostrar una vida perfecta porque somos cristianos.

La vida en general es como una montaña rusa. Cuando nos subimos, experimentamos desde la adrenalina, la felicidad, el miedo, la incertidumbre, la sorpresa, la ansiedad, la esperanza y la paz. En este proceso, nuestra fe (comunión con Dios) se fortalece o se debilita dependiendo de la circunstancia en la que nos encontramos, y esto no debería suceder.

Poco a poco, el Espíritu Santo me ha llevado a descubrir el estado de mi corazón y me he dado cuenta de que cuando mi corazón se endurece, es porque he dado mayor importancia al entorno y he olvidado poner atención a Su voz.

Hebreos nos hace una invitación especial: escucha la voz del Espíritu Santo y no endurezcas tu corazón. Si lees Hebreos 3, podrás observar algunas razones por las cuales el corazón se endurece: la provocación en el desierto, la falta de fe, la impaciencia, la sordera espiritual, la desobediencia, la incredulidad y el vagar (andar errantes, picar aquí y picar allá, beber en la fuente incorrecta). Cuando no escribimos nuestra propia historia con Dios, es imposible conocer Sus caminos y mantener la confianza en Jesús.

Me llama la atención que la Biblia habla específicamente de vagar en el corazón. Romanos 10:8-10 y Proverbios 4:23 nos recuerdan que es en el corazón donde se cree para justicia. Por eso es importante guardar nuestro corazón, porque de él mana la vida. Hebreos 3 es una exhortación para todos nosotros como creyentes al deber de cuidado. La incredulidad producto de las circunstancias no solo endurece el corazón, sino que nos impide entrar en el reposo (la presencia del Señor).

Cuando estamos en medio de una tormenta, para evitar ahogarnos, el reflejo natural de los humanos es agarrarnos de lo primero que encontramos. Esto se convierte en una señal de alerta que muestra que el corazón se está endureciendo, porque acudimos a otras fuentes (amigos, familia, podcasts, redes sociales) en vez de correr a la única ancla segura que tenemos, que es la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

Hebreos nos habla de la bendición del reposo que hemos obtenido por la gracia de Dios sobre nuestras vidas, el poder entrar en Su presencia con la certeza de que fiel es el que prometió. No importa la circunstancia que pases, tu Dios reina y es soberano. Reposar es recordar diariamente que nuestro fruto y nuestra cosecha vienen del Señor, aunque en el momento no lo veamos.

¿Pero entonces qué debemos hacer? Hebreos 3:12-14 nos da consejos para evitar la dureza del corazón: «mirad que no haya corazón malo de incredulidad; exhórtense los unos a los otros; mantengan hasta el fin nuestra confianza del principio.»

¿Y cuál es la confianza del principio? Que Jesús murió y resucitó por amor a cada uno de nosotros. Que Su perfecta obra en la cruz nos hizo salvos y nos dio vida eterna. Pon tu mirada en las cosas de arriba y haz de la presencia de Dios el lugar de tu habitación. Ahí está la medicina para el corazón endurecido y el verdadero reposo.

Punto de acción

Señor, hoy reconocemos que muchas veces en el día a día hemos permitido que la incredulidad toque nuestro corazón y lo endurezca. Sabemos que mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. Por eso hoy te pedimos que nos regales un corazón que se mantenga anclado a tu presencia. Ayúdanos a echarle mano a la vida eterna. En el nombre de Jesús, Amén.

Lectura bíblica necesaria: Hebreos 3

Autor

Ana Mercedes Suarez

Ana Mercedes Suarez

Coordinador Paulina
Cenfol Panama

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