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Jul10

El nombre más grande

Mes // Julio 2024

El nombre más grande
«…Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos.»
► Éxodo 3:15


¡El nombre sobre todo nombre y para siempre! Esta afirmación es la que le da interés y peso al estudio sobre el nombre de Dios. Al pensar en el nombre de Dios, en cualquiera de sus tres personas: Padre, Hijo o Espíritu Santo, sabemos que los nombres que les damos tienen que ver con sus atributos (características que distinguen su personalidad).

En la Biblia, los nombres tienen significados, son palabras del hebreo o del griego, términos en que podamos comprender.

En el libro de Job, uno de los más antiguos de la Biblia, se nos hace una importante recomendación: «Continúe siendo bendito el nombre de Jehová.» Job 1:21. Es decir, no paremos de hacerlo, nos es menester mencionarlo en todo momento.

Porque su Palabra misma nos declara quién es Él para merecerlo:

«Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.» 1 Timoteo 1:17

(Es importante hacer el estudio de cada uno de estos atributos con su definición y afianzarnos para levantar su nombre a tiempo y fuera de tiempo).

«No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.» Éxodo 20:7


El nombre de Dios nos demanda respeto, reverencia, reconocimiento. Siendo su nombre grande, más grande que todos los nombres y significados que conocemos, se nos pide hacerlo y recordar cómo Jesús, al enseñar el Padre Nuestro, dijo: «Santificado sea tu nombre» (Mt. 6:9). Tiene que quedar muy claro en nuestra mente que el nombre de Dios nos demanda más de lo que humanamente tenemos por una persona, por su nombre, por sus características personales.

Tomar su nombre en vano es deshonrarlo, es deshonrar el carácter de Dios.

¿Y si no levantamos su nombre?

Nunca el daño o el mal tendría que ver con Él, su deidad y gran poder permanecen intactos, pero el corazón del hombre ha perdido su norte, su rumbo y lo que vendría sería destrucción a las personas, al género humano.

Su deseo para quienes le amamos y reverenciamos, y así mismo amamos su verdad y justicia, es que donde quiera que estemos levantemos su nombre. Él mantendrá de esa manera su poder y justicia en todos los términos de la tierra y se hará un nombre que sea visto por todas las naciones de la tierra.

Oración

Padre Celestial, hay un profundo deseo en mi corazón por reverenciar tu nombre, como nombre grande y digno de ser exaltado entre todos los nombres de la tierra. Quiero aprender a levantarlo donde quiera que estemos.

Lectura bíblica necesaria: Ezequiel 38

Autor

María Piedad Mesa

María Piedad Mesa

Escritora de:
Busca Amar a Dios y Ser Ejemplo
Bendito el Fruto de tu Vientre

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