Jul26
El verdadero sí
Mes // Julio 2024
► Hebreos 3: 7 – 8
Muchas veces queremos decir “sí” a cualquier favor que se nos pida; lo llamaríamos un sí servicial. Y, como ese sí, hay variedad de “síes”: informativos, asertivos, aclarativos, también hay agresivos y pasivos, etc. En otras ocasiones, deseando decir no, por causa de la amistad o compromiso, resultamos diciendo sí.
Hay otros tipos de síes llenos de emoción y responsabilidad, por ejemplo, el que expresa una bella joven cuando su novio le pide matrimonio.
Cada sí lleva un valor y una responsabilidad, pero además de esos hay un tipo de sí que nos lleva a crecer y al cambio, a un nuevo compromiso; ese es el “sí” de la fe. Ese que debería salir de manera firme y espontánea cuando Dios nos dice:
«Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.»Proverbios 23:26.
Este desafiante pasaje nos habla de lo que Dios nos pide y de aquella demanda total que hace de nosotros, y donde Él desea un sencillo, pero valiente “sí” por parte de nosotros.
Un sí sin restricciones, dejando a un lado el hedonismo (amor propio excesivo), el miedo a ser diferente, el precio de dejar la comodidad, etc. Este tipo de sí, lleno de fe, amor y confianza, puede compararse con el matrimonial, donde solo Dios puede acompañarte hasta el final de esta decisión.
Seguir a Dios es un acto de fe y el camino hacia la libertad. El verdadero “sí” nunca puede ser dicho a la fuerza. Ese “sí” lleva a una nueva vida y al camino que Él nos invita a recorrer sin mirar atrás.
En cada paso diario debemos repetir ese “sí” a Dios, obedeciéndole en todo tiempo y dejando que cada momento sea lleno de su Espíritu. Al hacerlo, estamos entregando nuestro pasado con sus aciertos y desaciertos, así como también nuestro presente, para que finalmente vivamos conectados.
Oremos
Amado Dios, en este día deseo darte un verdadero “sí”. Deseo seguirte libremente para obedecer tu palabra y glorificar tu nombre por donde vaya. Amén.