¿Qué responderemos?

Está claro que la gente tiene muchas inquietudes respecto de ti y de mí, de nosotros, la iglesia, de nosotros, los creyentes, y de todo lo que sabemos que compete al Reino de los Cielos, en lo cual nos gozamos, pero ellos no logran comprender.

¿Qué llama su atención?

• La peculiaridad de la gente, decimos que somos nuevas criaturas (2 Corintios 5:17).
• La especialidad del tema que enseñamos, pues ella es la Palabra inerrante e inmutable de Dios (Juan 5:39).
• La singularidad de nuestra esperanza, porque sabemos que tenemos una patria celestial (Juan 14:2).
• La grandeza de nuestros privilegios, por ejemplo, que somos hijos y no esclavos (Romanos 8:15).

Ahora, algunos preguntan por enemistad, ya que no teniendo la revelación de la gracia y creyendo que todo hay que lograrlo o alcanzarlo por merecimiento y buenas obras, les mortifica que hablemos de lo recibido como regalo, por gracia, por ejemplo, nuestra salvación.

Otros tienen mucha curiosidad. También la tuvieron con Jesús, cuando le preguntaron: ¿dónde moras? ¿qué señal milagrosa vas a hacer? ¿qué haré para heredar la vida eterna? Y sus respuestas les ayudaron a pensar diferente respecto de lo que veían y oían.

Pero muchos preguntan porque tienen deseos de venir a hacer parte de nosotros, de la iglesia, de los creyentes, de ti y de mí, respecto de nuestra experiencia diaria como ciudadanos del cielo. Ellos quieren saber ¿cómo pueden serlo? ¿cuál es el precio? ¿qué se requiere para serlo? ¿Hay lugar para más ciudadanos? Tú y yo debemos saber que sí, sí hay lugar para más ciudadanos, para «que todo aquel que crea no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16b).

Entonces, la gran importancia que tiene el responder a sus preguntas, así se acabarán sus dudas, serán ganados para Dios, que es Su voluntad, nos hará mucho bien testificar de lo que la gracia de Dios ha hecho y puede hacer aún.

El predicador y escritor dijo:

“Tendremos que dar cuenta tanto de los silencios de la pereza, como de las palabras ociosas” - Charles Spurgeon (Sermón 54).

Y, ¿qué debemos responderles? Que Dios es el origen y fin de todo cuanto existe, somos y hacemos. Es a Él a quien seguirán y en quién vivirán ahora y eternamente.

Punto de acción

Prepara con estudio y oración preguntas básicas que en el momento preciso puedas responder a quien «demanda acerca de tu esperanza» (1 Pedro 3:15).