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Ago07

Los tesoros del cielo

Mes // Agosto 2024

Los tesoros del cielo
«Si anduvieres en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusieres por obra.»
► Levítico 26:3


Me encanta la Biblia porque es un viaje constante a los tesoros del cielo. Es sentarse al lado del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, escuchar su voz, y meditar en su palabra con un corazón de niño, que permanece expectante de las maravillas que descubrirá.

Levítico es increíble porque, en un versículo tan corto, nos da tres claves importantes para nuestra vida como cristianos. Lo primero que nos dice es «si anduvieres en mis decretos» . Necesitamos una fe activa que busque a Dios constantemente y ande por sus caminos. El Señor es el camino, la verdad y la vida. Dar pasos de fe en nuestra vida diaria no es tarea de los domingos, sino de cada segundo que respiramos.

En segundo lugar, nos dice «y guardareis mis mandamientos» , lo que nos muestra que no es suficiente andar, sino que es necesario guardar los mandamientos que Dios nos da. Necesitamos disponernos para guardarlos en nuestro corazón y en nuestra mente. Lucas 11:28 «Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan» (RV60). La única manera de oír y de guardar la palabra es meditando en ella constantemente, leyéndola todos los días bajo la guía del Espíritu Santo, orando sin cesar y memorizándola como una herramienta preciosa para atesorarla.

Josué 1:8 «Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien» (RV60). Qué consejo tan precioso el que nos da Josué. Si aún no has empezado, te invito a que abras la Biblia y conozcas al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Proverbios 7 nos habla de atesorar, y esto me lleva a pensar en la cantidad de tesoros que los seres humanos guardamos a lo largo de la vida (cartas, fotografías, recetas, relojes, joyas, etc.). No solo los guardamos, sino que recurrimos a ellos en tiempos de gran necesidad. La invitación no es solo que guardes, sino que atesores. La Biblia nos enseña en Mateo 6:19-21 «No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón» (RV60).

En tercer lugar, nos dice «y los pusieres por obra» . Estoy segura de que has leído el pasaje bíblico que nos enseña que la fe sin obras es muerta. Tu vida diaria es el testimonio perfecto de la obra que el Señor está haciendo en ti. Necesitamos reflejar con nuestra familia, con nuestros amigos, en nuestro trabajo, en la iglesia, aquello que el Señor te ha ministrado y enseñado en el secreto. Recuerda siempre que eres un instrumento para la gloria de Dios.

Dios es tan fiel y misericordioso que nos ha dado todas las herramientas que necesitamos para llevar una vida de olor fragante para Él.

Los tesoros tienen una particularidad, y es que nos hacen sentir seguros. La palabra de Dios es el mejor tesoro que puedes tener; atesórala con todas tus fuerzas para que, en tiempos de necesidad, puedas correr a ella y encontrar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.

Oración

Señor, hoy te pedimos que nos enseñes a través de tu Espíritu Santo a andar, guardar y poner por obra tus decretos y tus mandamientos. Queremos atesorar tu palabra y hacer de tu presencia nuestro lugar seguro. En el nombre de Jesús. Amén.
Lectura bíblica necesaria: Levítico 26 (RVR60)


Autor

Ana Mercedes Suarez

Ana Mercedes Suarez

Coordinador Paulina
Cenfol Panama

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