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Ago19

Tiempo de pausa

Mes // Agosto 2024

Tiempo de pausa
«Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.»
Mateo 11:28-29


Por la misericordia de Dios, he vivido en varias ciudades y un par de países. Ha sido una experiencia grandiosa hacer amigos y familia en tantos lugares.

Sin embargo, también he tenido la oportunidad de conocer sus culturas e idiosincrasias, además de sus valores y defectos.

En culturas como la de Colombia, que es muy similar a la de Estados Unidos, se trabaja incansablemente. Es un esfuerzo constante para reunir el dinero para los servicios públicos, el internet, la telefonía, el condominio, etc.

Es impresionante ver cómo, día tras día, se trabaja en exceso en algunas culturas. Definitivamente, el sueño americano es eso: "Viven con sueño todo el tiempo por lo mucho que trabajan y lo poco que duermen". Al principio es difícil, pero luego te acostumbras al sistema.

Un día, me detuve, como Salomón, y me puse a pensar:

¿Es malo estar ocupado?

No, la verdad es que no lo es. Lo malo podría ser estar ocupado en las cosas equivocadas, o estar ocupado en las cosas correctas, pero con ansiedad por ellas. ¡Eso sí es perjudicial!

Cuando vives con un exceso de ocupación y preocupación, se produce un desgaste erosivo en tu vida que te agota poco a poco, que te deja extenuado, que te lleva a un punto donde sabes que no puedes más, pero crees que no puedes ni debes parar.

Esto conlleva un altísimo precio. Te quiebras físicamente, sientes el daño emocional, te reduces espiritualmente, y empiezas a experimentar cosas como irritación, frustración, decepción, apatía y más.

Es probable que estés ocupado en muchas tareas, haciendo lo necesario para "vivir", y que todo esto sea por una "buena razón". Sin embargo, aun así, aunque hagas lo correcto por una buena razón, el exceso siempre es malo.

Los límites existen por una razón, y Jesucristo lo sabía perfectamente. Por eso nos da ejemplo al guiar a sus discípulos hacia una pausa necesaria: «Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco» (Marcos 6:31).

¡Qué interesante propuesta! Ya que estamos demasiado ocupados, hagamos tiempo para descansar. La pausa era una acción prioritaria, no una opción para tomar cuando ya estuvieran destruidos y no pudieran más. Eso sí, no era un alto para vagar o para detenerse y permanecer igual mentalmente; fue una pausa para tener tranquilidad y descanso, es decir, para reposar.

En ocasiones estamos tan ajetreados que nuestra mejor opción es detenernos.

Seguramente, la mayoría de nosotros trataríamos de llevarle la contraria al Señor; le diríamos que comamos algo rápido y que, mientras lo hacemos, aprovechemos para hablar de los pendientes, ya que no hay tiempo que perder.

El descanso no es tiempo perdido; de hecho, es un tiempo necesario que nos ayuda a reponernos y nos permitirá ser realmente efectivos. Además, tenemos tiempo para lo que elegimos tener tiempo.

Tú tienes control sobre tus horas, no al revés; no eres un esclavo del tiempo.

Al final, el tener descanso en el alma y renovar nuestro corazón es un asunto de confiar verdaderamente en Dios.

Decide que tu mundo entero dependa de Él y no de ti.

Experimentar el reposo de Dios no es el resultado de condiciones externas favorables, sino del aumento de la confianza en Dios dentro del corazón.

En medio de una vida sobrecargada, con tanto por hacer y cumplir, con tantos obstáculos por vencer, estando cansado y sintiendo que, a pesar de que te estás desgastando, no puedes parar, permite que Dios te ayude. Detente para encontrar el reposo que solo Él te puede brindar.

Por favor, detente hoy un momento y medita en ello.

Oración

Señor, ayúdame a hacer una pausa en mi vida diaria. Hoy me doy cuenta de que voy rumbo a un precipicio del que tal vez no me recupere. Permíteme rectificar, quiero ir a tus pies, quiero descansar en tu presencia, y hoy reconozco que estoy cansado y turbado por tantos quehaceres diarios. Pero me detengo, me postro ante Ti y reconozco que te necesito en mi vida. Lléname de tu paz, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.

Lectura bíblica necesaria: Salmo 23 (RVR60)

Autor

Norbey Rodríguez

Norbey Rodríguez

Director Cenfol Margarita - Venezuela

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