Una entrada a la victoria!

La Biblia cuenta en los evangelios que era un domingo cuando Jesús decide regresar a Jerusalén; para la gente del común era un día como cualquier otro. ¡Pero no para Jesús! Ese domingo era el inicio de su sufrimiento y muerte, y además tenía otra connotación importante: iniciaba su última semana de vida terrenal.

• • Él sabía lo que implicaba ese día para Él, y que todo sucedería en Jerusalén, y aún así no desiste en su empeño de llegar a este lugar. (Vs.1-6)
  Y todo esto lo aceptó y lo hizo por ti y por mi, para darnos salvación. Él puso su vida en ofrenda para que nosotros tuviéramos victoria en Él. Esa ofrenda…fue una ofrenda de amor.
• • Tanto los discípulos como la multitud pusieron y dieron algo de sí mismos para engalanar a Jesús y su entrada a Jerusalén. No escatimaron nada. Esa acción hizo que su entrada fuera algo especial, ¡la entrada de Jesús a Jerusalén fue triunfal! (Vs. 7-8)
  Nuestro Señor Jesús al abrazar la voluntad del Padre en cuanto a su muerte, estaba dando un paso triunfal para nuestra salvación; era el inicio de nuestra liberación.
• • Todo estaba listo, era el cumplimiento de lo dicho por Dios a través del profeta Zacarías (V. 5). «La multitud lo aclamaba, lo vitoreaba: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!»
  La gente lo hizo porque reconoció en Él al Salvador, al Rey. Nosotros también aprovechemos este Domingo de ramos para alegrarnos con Jesús y brindarle un tributo de alabanza y adoración.
• • En esta historia hay un elemento que puede pasar desapercibido y es que hay una multitud agradeciendo a Jesús por todo lo que es y lo que ha hecho por ellos («Es ¡Hijo de David!, el ¡Bendito que viene en el nombre del Señor!» ), pero para muchos que curiosamente están en el templo (Cp 21:12-13), Jesús pasa desapercibido, porque están centrados en sus negocios. No habían descubierto que el Señor y Rey estaba en su ciudad y en lugar de alabarlo y celebrar su presencia en medio de ellos, siguen absortos en sus negocios, hasta que son reprendidos por Jesús, por cambiar el verdadero sentido de ese lugar de adoración por uno de solo negocios.
  Así nos puede estar pasando en este tiempo. Para muchos este tiempo de Semana Santa, no es un tiempo de reflexión y de valorar el sacrificio de Jesús, sino solo de descanso, de estar con la familia, de pasear y podemos perder este valioso tiempo, que debe ser de renovación espiritual
• • Los que celebran la entrada de Jesús, lo hacen la por guía del Espíritu Santo. «Los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa vieron esos milagros maravillosos y oyeron que hasta los niños en el templo gritaban: «Alaben a Dios por el Hijo de David». Sin embargo, los líderes estaban indignados. Le preguntaron a Jesús: —¿Oyes lo que dicen esos niños? —Sí —contestó Jesús—. ¿No han leído las Escrituras? Pues dicen: “A los niños y a los bebés les has enseñado a darte alabanza”.» Mateo 21:15-16 (NTV) Los líderes religiosos, no lo celebran, sienten celos del reconocimiento que se le hace a Jesús. Solo cuando nos hacemos sencillos (como niños), libres de todo orgullo, es que podemos con libertad reconocer la grandeza del Señor Jesús.

Ese es el verdadero sentido del inicio de esta Semana Santa.

Plan de acción:

• 1. ¿Quién es Jesús para ti?
• 2. ¿Significa algo que Jesús haya ofrecido su vida para morir en la cruz?
• 3. ¿Qué palabras puedes expresar para reconocer a Jesús en este día?

Una entrada a la victoria fruto de entender quién es Jesús.