¿Qué hay detrás de la penitencia y el sacrificio?

Antes de toda gran obra de teatro, habrá un fuerte telón que esconde secretos y verdades que todos los asistentes quisieran conocer. Pero la verdad es que deslustrarían la obra, le quitarían el brillo que le da la intriga e inquietud de esos secretos.

Por eso cuando pensamos en todo lo sucedido en Jerusalén por el tiempo de la Pascua, habiéndosenos revelado la mayor parte: dolor, sufrimiento, sangre, muerte, queremos saber ¿Qué hay detrás de tan grandiosa obra como la entrega total de Su vida y sangre a través del martirio y terminando en la cruz? Aún quedaba pendiente el tiempo y fruto de Su sepultura.

La multitud lo seguía, unos por curiosidad, otros porque pasaban por allí, unos pocos “conocidos del Maestro”, pero pocos comprenden detrás del telón y viendo esta penitencia y sacrificio cruento como nunca más lo hubo ni lo habrá, lo que nosotros por lo que la Escritura dice en Colosenses 2 llegamos a comprender y a vivir, ya que era para nosotros los creyentes. No estábamos físicamente, pero éramos el motivo y razón de la obra:

• Vers.11 Como en el Antiguo Testamento fue necesaria la circuncisión para poder ser marcado y hacer parte de la familia de la fe, la de nuestro padre Abraham, la del naciente pueblo de Israel, en la obra de Cristo en la cruz, todos sin excepción alguna, quedamos circuncidados con la de Cristo para echar de nosotros el cuerpo pecaminoso, carnal.
• Vers. 12 Seguidamente venía el evento de la sepultura, el tiempo y el lugar de la soledad, del frío, de la incertidumbre, pero al que le sigue la resurrección, la victoria, la nueva vida mediante la fe y la esperanza en Jesús.
• Vers.13 Así que estando ahí, en la sepultura, muertos en pecados y en incircuncisión nos dio vida … y este fue un regalo maravilloso para cada creyente expresado en el perdón total de todos sus pecados.
• Vers. 14-15 Fue un acto llamativo, hermoso y sin igual: anuló el acta de decretos que nos era contraria y la clavó en la cruz, despojando a las huestes de maldad diciéndoles: CONSUMADO ES, PAGADO ESTÁ… nuestro sepulcro era como una cárcel donde estábamos presos del pecado y la carne y Él colocó esa inscripción declarando nuestra celda vacía, sin ninguna deuda y nosotros libres y a disfrutar.

¡Qué cosa maravillosa tenemos para reflexionar acerca de la magnánima obra de nuestro Salvador Jesús! Vimos el velo y aunque poco comprendemos:

DETRÁS DE LA PENITENCIA Y EL SACRIFICIO,
todo su dolor, el desprecio que vivió, el sufrimiento físico y emocional que le desgarró Su alma, tenía para nosotros el regalo de la resurrección y el perdón total de todos nuestros pecados.

Plan de acción:

¡Qué penitencia y sacrificio! ¿A qué apuntó en tu vida? __________