El Placer vs. La Bendición

Les voy a compartir una historia que los invito a leer completa en sus Biblias. La primera parte está en Génesis 25:27-34 y la segunda en Génesis 27.

Resulta que Isaac tuvo dos hijos: Esaú, el mayor, y Jacob, el menor. Por tradición, el padre bendecía al mayor, al primogénito. 👨‍👦‍👦 Ya entrado en años, Isaac se quedó ciego y no podía distinguir a sus hijos. Jacob, a quien le interesaba mucho la bendición de su padre, se aprovechó de esta situación. En una ocasión, Esaú llegó muy cansado y con hambre, y Jacob, que había preparado un guiso espectacular, le propuso un trato: su primogenitura a cambio de la comida. 🍲 Ambos estuvieron de acuerdo; a Esaú le pareció hasta ridículo, después de todo, la primogenitura no le iba a dar de comer. 🤷 Más adelante, en complicidad con su madre, Jacob se hizo pasar por Esaú y recibió la última bendición que su padre tenía, la más importante de todas. A partir de ahí, la vida de Jacob fue ampliamente bendecida; es uno de los pilares fundamentales en la historia del pueblo de Dios, mientras que Esaú pasó a segundo plano. ✝️

Les cuento esto porque, en muchas ocasiones, nosotros somos como Esaú: cambiamos la bendición, eso que Dios tiene para nosotros, por algo que en su momento es placentero, fácil e instantáneo. Es mucho más fácil dejarnos llevar por cosas como la pornografía, la sexualidad, relaciones de noviazgo que no van a ningún lado, pasar horas y horas en redes sociales, la misma comida, entre muchas otras cosas. 💋📲🍰❌

Punto de acción

Hacer todas estas cosas es mucho más fácil que seguir a Dios y hacer lo que nos ha dicho, llevando una vida íntegra. El placer inmediato es algo que nos tienta demasiado, pero la bendición de Dios es muchísimo más grande de lo que podamos imaginar. Lo que en un principio parece algo loco e incluso innecesario, es algo que terminará valiendo completamente la pena. ❤️‍🩹