¡Ojalá bendijeran al Señor!

A través de este pasaje (cuyo título: ¡OJALÁ BENDIJERAN AL SEÑOR! es el título original de la traducción hebrea del Salmo 107:8), podemos conocer y reconocer que la acción de ALABAR A DIOS no solo es una disciplina espiritual, sino sobre todo un privilegio que ayuda a crecer en la gracia y el conocimiento de Dios. Ensancha nuestra mente, emociones y voluntad.

Dios ha requerido siempre de Su pueblo el mayor reconocimiento. Él está contento de que tengamos el bienestar de Sus bendiciones, pues Él nos las da para que redunden en Su honor.

Por eso, la Palabra de Dios nos dice: ALABEN LA MISERICORDIA DE JEHOVÁ Y SUS MARAVILLAS (Salmo 107:15), una expresión que tiene una fuerza como de cántico, de grito de júbilo, de emoción y sentimiento, que dice: "Gracias, Señor, por todo lo que haces con misericordia y por exhibir tus maravillas". Ambas son asombrosas. Lo menos que podemos hacer es motivarnos y motivar a otros.

De esta acción humana, pero guiada por el Espíritu Santo, podríamos decir que Él merece y desea un reconocimiento de nuestra parte por recibir Sus obras hechas con misericordia y maravilla. En Marcos 5:19: «Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti» , se nos habla al respecto, resaltando tres detalles importantes:

• 1º. A quiénes llevar la alabanza. Este pasaje nos dice que, primeramente, a los de nuestra casa, pero también a los cercanos, lejanos y extraños. Debemos hacerlo, por si acaso de esa forma conocen de la misericordia y maravillas que hace nuestro buen Dios.
• 2º. Contar… (hay que expresarlo en voz alta). Es el elemento que nos invita a narrar, relatar, describir aquellas maravillas que, por Su gran amor y misericordia, responden a nuestras necesidades y nos bendicen de manera especial, para que otros puedan saberlo también.
• 3º. Qué contar: Lo que Él ha hecho… Sus maravillas. Debemos aprender a descubrir en los hechos normales de la vida, momento a momento, que Dios se expresa en maravillas que, aunque pequeñas, sencillas o comunes, no pierden su profundidad. Dios habla y actúa con maravillas, hechos portentosos y dinámicas que asombran nuestro caminar y pueden llevar a muchos otros a conocerlo y a experimentar Su obra.

La alabanza en reconocimiento a la MISERICORDIA y las MARAVILLAS de nuestro buen Dios es una acción humana que enaltece la presencia y divinidad de Dios por Sus expresiones de amor y cuidado hacia nuestras vidas.

Punto de acción

Ejercita con fe y amor en el Señor tu alabanza, que luego compartirás con muchos otros para que conozcan y se acerquen al Señor.